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Especiales REPORTAJE
Las muertes más absurdas del rock
El 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, es jornada de visita a los cementerios. Con esta excusa, y destilando un poco de humor (negro), repasamos los fallecimientos más extraños de la historia del rock. Olvídate de sobredosis y pasotes de alcohol. Aquí se nos fueron por asuntos raros, raros. Por Tito Lesende
Conocemos (y hemos llorado) múltiples casos de rockeros fallecidos por sus excesos, por enfermedad o por decisión propia: siguiendo su propio guión. Los 10+1 expedientes que te presentamos a continuación, por el contrario, tratan de músicos talentosos que se fueron por accidente, muchas de ellas absurdas; tipos cuya muerte no contaba en las quinielas. Sus decesos se produjeron en circunstancias infrecuentes y nos hicieron exclamar: “Qué putada”. Aprovechamos el Día de Difuntos y nos tomamos una copa (de licor de calabaza) a su salud. Por los servicios prestados.
1. Sam Cooke (11 de diciembre de 1964. 33 años). El genio de la música soul había ido con una chica a una habitación de un motel de Los Ángeles (EE UU). Un rato después, ella salió de allí por patas con la ropa de ambos. Persiguiéndola, casi desnudo y hecho una furia, Sam entró en el despacho de la gerente, que, tras forcejear con él, le descargó su revólver en el pecho. Al llegar la pasma, la chica del ya difunto Cooke dijo que había querido violarla. El caso es que ella fue detenida tiempo después por ejercer la prostitución. Los fieles del cantante dicen que Sam estaba siendo víctima de un vulgar robo. Ya nunca lo sabremos.
Aquí tenemos al bueno de Sam haciendo suyo el Blowin’ in the wind, de Dylan:
2. Keith Relf, de los Yardbirds (14 de mayo de 1976. 33 años).
Fue voz principal de los Yardbirds y promocionó, como escuderos,
a sucesivos nuevos valores de las seis cuerdas:
Eric Clapton, Jeff Beck y Jimmy Page.
Aunque se le daba mejor la armónica, el propio Relf hacía sus pinitos con la guitarra.
clausurado el grupo, una noche bajó a su sótano a marcarse unos rasgueos.
habitación tenía una instalación eléctrica deficiente (carecía siquiera de toma de tierra)
y Keith, maldita sea,
murió electrocutado tocando su instrumento.
He aquí a Keith cantando Shape of things, uno de los clásicos de los Yardbirds,
con Jimmy Page a la guitarra:
3. Terry Kath, de Chicago (23 de enero de 1978. 31 años). Fue guitarrista y miembro fundador del grupo Chicago y su estilo, ya desde jovencito, fascinaba al mismo Jimi Hendrix. En una fiesta, comenzó a jugar a que se volaba la cabeza con armas de fuego. Mostró una pistola a los presentes (entre ellos, su mujer) y les enseñó el cargador vacío. Luego se la puso en la sien y, tras el clic, todos menos él pudieron constatar que quedaba una bala en la recámara.
Disfruta aquí con los guitarrazos de Terry y los Chicago atacando en directo su clásico 25 or 6 to 4:
A continuación, una muestra de la sociedad de Took y Bolan en los primeros y más lisérgicos Tyrannosaurus Rex, antes de abrazar el boogie:
5. Randy Rhoads, de Ozzy Osbourne (19 de marzo de 1982. 25 años). Murió jovencísimo, pero ya había dejado su impronta en el género metálico a través de su trabajo en Quiet Riot y, especialmente, en el arranque de Ozzy Osbourne en solitario. Precisamente con la banda de Ozzy estaba el día de su deceso. Parte de la comitiva viajaba por carretera a un festival en Orlando (EE UU) y Randy lo hacía, con otras dos personas, en una avioneta. El piloto, que iba algo perjudicado y con licencia caducada, empezó a hacer piruetas. A Randy le daba miedo volar y le habían prometido un paseo tranquilo por los cielos de Florida. Al piloto se le ocurrió acercarse al autobús donde viajaban Ozzy y los suyos, como para aterrizarle encima. Muchas risas. Pero un ala se enganchó con el techo del vehículo y la avioneta salió haciendo un trompo, estrellándose contra el garaje de una mansión cercana y entrando en combustión de inmediato.
Comprueba ahora cómo se las gastaba Randy con una Les Paul colgada al pecho:
6. Dennis Wilson, de Beach Boys (28 de diciembre de 1983. 39 años). El batería de los Beach Boys, hermano de Brian y Carl, era el único de la banda que realmente hacía surf. En 1980, navegando en su yate por el muelle de Marina del Rey (Los Ángeles, EE UU) y mosqueado con su pareja, comenzó a arrojar por la borda objetos personales. El día de Santos Inocentes de 1983, visitando el lugar con algunos amigos, se le ocurrió tirarse al mar para recuperar sus viejos recuerdos. El agua estaba fría como el hielo y él había comido y bebido. Dennis buceó y sacó una foto de su ex mujer. Salió por segunda vez y avisó de que se sumergía a por un cofre. Ya no salió nunca más. Dado su carácter cachondo, sus acompañantes pensaron (durante horas) que les tomaba el pelo. Días después le celebraron un entierro marítimo.
Por suerte, nos quedan piezas como este Forever para ponernos tiernos con la voz de Dennis
7. Stiv Bators, de Dead Boys y The Lords Of The New Church (3 de junio de 1990. 40 años). Líder de los Dead Boys y The Lords Of The New Church, Bators fue atropellado por un taxi cuando cruzaba una calle en París. Aparentemente, se encontraba bien, así que se negó a recibir atención médica. Murió durmiendo, varias horas más tarde, con una hemorragia interna importante y la satisfacción de ser el único líder de una generación no fallecido por sobredosis.
Aquí tenemos a los Dead Boys rockeando por los Stooges en 1977:
8. Steve Marriott, de Small Faces y Humble Pie (20 de abril de 1991. 44 años). Líder de bandas tan influyentes como los Small Faces o Humble Pie, Marriott tenía el reconocimiento de multitud de colegas; de Ozzy Osbourne a Keith Richards o los Kiss. La noche de su muerte, Steve venía de un vuelo intercontinental EE UU–Inglaterra. Quiso comprar tabaco de liar, pero en el aeropuerto no tenían y hubo de conformarse con una cajetilla cualquiera. Ya solo en su casa señorial (un edificio de madera noble construido en el S. XVI) de Essex, un poco colocado, prendió un pitillo y se echó en la cama. Cuando despertó, muy mareado, la habitación ardía y él se desmayó de nuevo por efecto del humo. Los bomberos sólo encontraron ceniza. Con su habitual tabaco de liar, probablemente se le hubiese apagado el cigarro al caer y Steve seguiría rockeando.
Como en este vídeo obtenido del cofre de los Humble Pie:
9. Randy California, de Spirit (2 de enero de 1997. 45 años). Guitarrista superdotado y fundador del grupazo Spirit, Randy publicó su primer disco con 16 años y pronto se hizo íntimo de Jimi Hendrix. Como él, se mudó de EE UU a Londres y allí mismo trató de suicidarse, en 1973, lanzándose al Támesis desde el puente de Chelsea. Por fortuna, fue rescatado del agua congelada. Lo que son las cosas: el final del músico llegó muchos años después, precisamente ahogado, al salvar a su hijo de 12 años de ser arrastrado por la corriente en la costa de Hawai.
Aquí, Randy recordando un clásico del repertorio hendrixiano:
10. Jeff Buckley (29 de mayo de 1997. 30 años). Hijo de Tim Buckley, héroe del folk-rock muerto también de modo prematuro (tuvo una sobredosis a los 28). Tras un aplaudido debut, Jeff estaba en Memphis (EE UU) a punto de grabar su segundo disco. Anocheciendo, le dio por zambullirse en un afluente del Mississippi. Entró en el agua vestido y cantando Whole lotta love, de Led Zeppelin. No era la primera vez que lo hacía, pero aquella noche fue arrollado por un barco remolcador. Seis días después encontraron su cuerpo.
Su acertada versión de Hallelujah suena aún mejor en estos momentos:
11. Mike Edwards, de Electric Light Orchestra (3 de septiembre de 2010. 62 años). Tocó el cello con la Electric Light Orchestra desde su primer bolo hasta que se cansó y dejó el grupo en 1975. Solía hacer estallar su instrumento en los conciertos. Últimamente daba clases de música y vivía solo y tranquilo en la campiña inglesa. Incluso se había recuperado favorablemente de un tumor en la sien. Pero un día aciago, conduciendo su furgoneta por una colina, fue a impactar con el vehículo una bala de heno de 600 kilos que rodaba monte abajo, aplastando toda la parte frontal. La suya fue una de las muertes más insólitas de la historia del rock.
En esta actuación de la ELO, Mike Edwards llevaba, como era habitual, pajarita, pelo corto y un aire excéntrico. Se le distingue de un camarero porque él, no lo olvides, tocaba el cello:
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